Es Mexicana, y le encanta definirse como ciudadana del mundo porque ama viajar. Licenciada en Psicología clínica, con Maestría en Neurocognición, Educación y Aprendizaje. Estudió Teología en la Universidad Pontificia de México en Tlalpan. Además, es Danzaterapeuta con formación de la técnica de Maria Fux de Argentina y el Instituto Tamalpa de California.
María se desempeñó como terapeuta de salud mental (Behavioral Health Therapist) en una clínica en el Estado de Washington, Estados Unidos, donde está viviendo desde 2018.
2. Me estanqué económicamente:
Después de tanto averiguar qué era lo que me estaba pasando, luego de tantos tratamientos, di finalmente con los especialistas correctos y al final pude recuperar mi salud, PERO mi dinero se iba agotando.
Después de haber vivido y trabajado en una asociación en Francia y pulido mi Francés, yo me había imaginado que regresando a la CDMX mi vida ya iba a tener más estabilidad. Y la verdad no fue así, fue peor, me topé con el techo de cristal de la sobre-cualificación, no me contrataban en ningún lado, me desesperé y me mudé a la selva veracruzana, ahí me agoté.
Apliqué para Standford y fui aceptada en un voluntariado en el Instituto de Neurociencias de Stanford, siendo psicóloga, con maestría y todas las certificaciones que quería
Sentía que ya no había forma de facturar más dinero, que tendría que trabajar más horas y volver a poner en riesgo mi salud, porque, claro, allí era voluntaria. Pero la realidad es que ya no iba a estar dispuesta a pasar por esa película.
Di mis clases gratis y estaba con la mentalidad de becaria, cuando ya era una profesional con más de 8 años de experiencia, mis pensamientos eran: "me gusta ayudar y ayudar", "hay que darlo todo", "ya estamos aquí, hay que hacerlo", "no todos tienen la oportunidad de estar en Stanford".
Además de que ya estaba con el chip de que sería el último viaje porque mi cuerpo tampoco es que estuviera muy fuerte y la verdad es que yo ya había cumplido muchas de mis metas y ya me daba por bien servida, total ya había estado en 12 países.
Gasté mis pesos en un país donde se gana en dólares. Lo que yo ganaba en 1 mes en mi país, en Silicon Valley se gastaba en 5 días. Hasta que toqué fondo. Siendo mujer latina en un país que no es de mi origen, estuve con trabajos temporales para recabar algo dinero para sobrevivir; dormí en el sofá de una amiga, cuidando casas, perros, niños, limpiando autos, clínicas, aún teniendo posgrados y todos los estudios, certificaciones, experiencias en otros países y hablando 4 idiomas. Era muy difícil estar en esa situación. Sobre todo con la familia y seres queridos. Porque vengo de una familia que ya me habían dicho que de la psicología uno se muere de hambre y que sólo la gente loca va al psicólogo (léase con manita despectiva).
Finalmente, luego de mucho trabajo interno y ayuda profesional, pude superar varios obstáculos y romper varios techos de cristal.
Logré revalidar mis estudios y trabajar ejerciendo en una clínica de salud mental en el estado de Washington. Me encanta ayudar a mujeres hispanas a romper con ese techo de cristal, que son esos bloqueos invisibles, esas heridas financieras que se reflejan en tu vida de adulto y le impiden crecer, sobre todo sanando ese vínculo con el dinero, que muchas veces tiene que ver las creencias limitantes
Es un logro estar aquí, porque yo era la que siempre tenía que buscar la manera de generar dinero, fui la que se tuvo que pagar la universidad privada sola, la que tenía que empezar de cero después de regresar de cada viaje o terminar cualquier proyecto.
Actualmente, me siento orgullosa porque solo trabajo 3 días, (martes, miércoles y jueves,) y los demás días los organizo para no sacrificar mi autocuidado, viajar y bailar, además de que sigo conectada y sigo creciendo y creciendo.
Estoy poniendo mi energía en compartir la clase llamada "Conoce los 3 pasos concretos para SANAR tus heridas financieras y GANA más dinero sintiéndote libre y segura".
Navegar por donde quieras tomando en tus manos el timón de tu vida.